By Zoe Velez
Murió Mario Benedetti. Vi el lado obscuro del corazón a escondidas, a los once años. Era fácil, estaba todas las tardes sola en casa. Recuerdo que cuando mis hermanos (ya mayores de edad) la estaban viendo, me corrieron de la sala, eso no hizo más que incrementar poderosísimanete mi curiosidad por esa película. Tal vez poco pude entender en aquel entonces mucho de lo que trata la cinta. Lo que más recordé fueron las líneas de un poema.
"no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca"
"y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo "
Dos años antes, al entrar a quinto de primaria, tuve un maestro maravilloso. "El Maestro Carlos" era como un nombre de tres palabras en una sola. Me asustaba que me diera clase, ¿cuántos maestros de primaria varones hay?, nunca había tenido uno, y los hombres, a excepción de mi papá, me parecían raros, malhumorados y rudos. Moría de miedo por las leyendas que circulaban en la escuela, se decía que golpeaba a los niños, les gritaba groserías a las niñas, todo esto con una mirada estilo "Diana Salazar".
Era un maestro ejemplar y el mejor de todos los que he tenido. Nos daba dos horas más de clases sin remuneración alguna, por puritito amor al arte. Eran talleres: teatro guiñol, poesía y declamación. No eran obligatorios, ni representaban obtener mejores calificaciones o puntos extras. Del grupo con 40 niños, éramos sólo 1o o 15 los que nos quedábamos más tiempo a dichos talleres. Ése era un maestro y no pedazos. En las primeras clases nos leyó a López Velarde, la suave patria.Declamó muchos poemas, nos explicó las letras de tal forma, que aquello que me parecía indescifrable y tan de adultos comenzó a ser emocionante: la fuerza y determinación de una frase, el ritmo de un verso, la armonía de las palabras. Si encontrábamos una que no conociéramos, de imediato buscarla en el diccionario y anotar el significado, como todo aquello que se entiende por vez primera, es uno de los años en los que más aprendí. Puedo decir que es gracias a él que me interesé en la poesía y la literatura, asuntos tan alejados de una primaria pública más bien cercana a la Morelos.
Y sí, además de leernos a López Velarde, León Felipe, Sor Juana, Pablo Neruda, Antonio Machado, José Martí, nos leyó a Benedetti. Hasta ése momento había excluido la poesía amorosa (por increíble que parezca). Leyó "No te salves". No entendí un carajo. Nos dejó llevar al día siguiente un escrito que dijera qué habíamos entendido. Me hice la desaparecida y no me quedé esa tarde a los talleres extraclase. Puedo ser muy penosa si me siento muy ignorante. Después El Maestro Carlos nos diría que la poesía amorosa era la más fácil de entender y a la vez la más compleja, y que para nuestras infantiles mentes, lo sería aún más, por eso la evitaba.
Dos años después lo entendí al ver la película antes mencionada, y en aquellos años de ausencias tecnológicas estuve limitada a transcribirlo mediante el uso del "pause". Todavía tengo ese pedazo de papel. Muchos años después escribiría ese mismo poema en una carta que no entregué y a la postre quemé. Fue el primer poema de índole amoroso que leí y amé y entendí. Y para mí tiene el valor del poema más rebuscado, filosófico, referenciado, y blah. La importancia de Benedetti es esa: Es tan simple que LLEGA. Tan sencillo que se vuelve empático. Tan cursi que cualquiera ha caído en semejante embrujo. Abre la puerta de la poesía a muchos neófitos, a muchos que tal vez jamás se interesarían en la literatura por ser tan "compleja" o "mameluca" a sus ojos. Primero conocí a a Mario y luego llegaría Jaime Sabines, Posteriormente Alejandra Pizarnik, Homero Aridjis, Fernando Pessoa, Pedro Salinas, Alí Chumacero (Salinas es recursi, y rebueno para mí).
Nunca pude separar la imagen de Mario Benedetti del recuerdo del mejor maestro que tuve, del maestro al que más agradecida estoy, por que por él que devoré libros desde la primaria (aunque hoy soy un pálido y pobre reflejo de lo que fui en la segunda década de mi vida), me imagino que sin haber sido aquello, por poner un ejemplo, escribiría "a ver" en lugar de "haber", aún teniendo educación universitara (aunque mi ortografía aún deja mucho que desear, he sido triste testigo de gente que no sabe ni redactar un mail). Eso y otras mil aberraciones. Sería una peor persona.
Gracias, Maestros.
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viernes, 22 de mayo de 2009
....perversamente dulce....
Publicado por J. Carlos en 10:24 a. m.
Etiquetas: colaboraciones, Mario Benedetti, naye
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